domingo, 20 de marzo de 2011

Cerebro irracional

El cerebro humano está "programado" para reaccionar rechazando toda información contraria a sus esquemas previos. No, no se trata de una opinión personal, es un hecho. El cerebro se resiste a cambiar de idea, incluso aunque sea evidente que estamos equivocados. Somos capaces de llegar al absurdo, negando la evidencia si es necesario. Seguro que a todos se nos ocurre algún ejemplo cercano, aunque por supuesto... ajeno. Nadie (o casi) reconocerá un caso propio, lo que en parte demuestra que es cierto.
Esto es así, nos guste o no, y es precisamente este hecho el que provoca cosas como las siguientes:

  • Personas captadas por sectas
  • Mujeres que vuelven con sus maridos maltratadores.
  • Decir que "nuestro" equipo de fútbol es mejor que el contrario, aunque acabe de perder un partido por goleada.
  • Criticar al equipo "contrario" a pesar de que lo gane todo.
  • Seguir votando al mismo partido político de toda la vida, aunque objetivamente no lo merezcan.
  • Criticar al partido político "contrario" incluso cuando hace propuestas válidas.
  • Creer en "seres misteriosos" contrarios a la lógica más elemental.
  • Negar otros "seres misteriosos", no por menos lógicos, sino por ser ajenos a las creencias inculcadas.
  • Considerar como una ofensa, o incluso un ataque, el que otra persona nos de sus puntos de vista si estos están muy alejados de los nuestros.
  • Leer sólo periódicos afines a nuestra ideología, o ver sólo canales de televisión que dicen aquello que nos gusta escuchar.
  • Confiar en personas o grupos "de confianza" que hacen todo lo contrario de lo que dicen.
  • Desconfiar de personas "que no son de confianza" porque pertenecen a determinado grupo al que consideramos "sospechoso".
Si consideras que no estás en ninguno de los grupos anteriores, hazte el favor de no mentirte a tí mismo. Total... nadie se va a enterar.

No oculto que mi principal intención al escribir este blog es molestar, y de ahí el nombre. Pero no molestar por gusto (aunque también), sino por intentar que alguna persona sea capaz de preguntarse a sí misma, "¿y si estoy equivocado/a?"

Yo, por mi parte, estoy dispuesto a poner en duda cualquier conocimiento o creencia previos, y echarlos abajo si fuera preciso, sustituyéndolos por la verdad. ¿Y tú?

No hay comentarios:

Publicar un comentario